Para empezar, debo darle crédito a Yoko Taro, a este creador de juegos japonés, que ganó notoriedad principalmente gracias a la franquicia NieR, siempre le ha gustado sorprender a su audiencia de las formas más extrañas. Así que el año pasado, sin demasiada fanfarria, lanzó Voice of Cards: The Isle Dragon Roars sobre nosotros; un JRPG único, pero a pequeña escala, que fue traído completamente por cartas y con temática de juegos de mesas. Ahora estamos solo unos meses después y ya tenemos nuestra secuela, Voice of Cards: The Forsaken Maiden. Es probablemente una de las secuelas más inesperadas de la historia debido a la poca diferencia de tiempo entre una y otra, pero ya estábamos emocionados de volver a sumergirnos en el mágico mundo de las cartas de Voice of Cards.
Voice of Cards: The Forsaken Maiden tiene lugar en el mismo universo que ‘The Isle Dragon Roars’, pero se puede jugar sin problemas sin tener conocimiento previo del primer juego. Aparecen algunas caras conocidas, pero no daremos más detalles al respecto para evitar spoilers. Todo muy bien, pero ¿cuál es la historia entonces? Al igual que su predecesor, asumes el papel de un protagonista, cuyo nombre puedes elegir, que anhela la aventura. El protagonista vive en una pequeña isla que forma parte de un archipiélago, todo empieza de repente cuando en su puerta aparece Laty, un hada de pelo verde con un pasado misterioso que pierde la voz. Laty es una de las llamadas «doncellas», una especie de ángel de la guarda de la isla.
Cada isla del archipiélago tiene un «espíritu» que las doncellas deben mantener a través de un ritual. Sin embargo, Laty no tiene la capacidad de realizar este ritual, matando a la isla del protagonista. Por supuesto, no puedes permitir que eso suceda, así que eliges el barco espacioso que el protagonista ha estado armando para viajar a las otras islas para pedir ayuda a las doncellas locales. La historia vuelve a ser muy fascinante y una vez más tiene muchos giros en la trama que te mantendrán cautivado durante 15 a 20 horas. A Yoko Taro le gusta algo de tragedia en sus juegos y ese es ciertamente el caso aquí. Así que no esperes ‘sol y arcoíris’, sino muchos eventos desgarradores en una aventura épica con personajes bien elaborados, al estilo Yoko Taro.
Mapas terrestres y marítimos(exploración)
El principio de The Forsaken Maiden es en realidad el mismo que The Isle Dragon Roars: controlas un peón sobre una pila de cartas, que inicialmente están cubiertas, para descubrir el mundo. Sin embargo, ese mundo ahora está estructurado de manera algo diferente que antes gracias a un nuevo elemento importante: el mar abierto. Donde los niveles en el primer juego eran muy lineales, aquí se elige un diseño más abierto. Las olas azules te dan libertad (limitada) en lo que haces y adónde vas. También puedes ignorar las misiones principales en cualquier momento y buscar en la superficie del agua todo tipo de secretos. En tierra, hay muchas mazmorras esperándote, que son de naturaleza lineal. Nuevamente, estas mazmorras logran sorprender con un diseño variado, aunque las mazmorras posteriores son demasiado alargadas para mantener ese aspecto refrescante.
También con esta secuela tenemos que complementar la presentación general y la atmósfera del juego: visualmente todo sale bien desde la pintura en una resolución Full HD y el diseño de los personajes se ve muy bien al ojo. Hay algunos enemigos ‘reciclados’ del juego anterior, pero también hay suficientes oponentes nuevos agregados al grupo para poder hablar de renovación. Luego, el narrador se encarga de la atmósfera, quien acompaña los eventos y es el que nos arrastra por completo al mundo de Voice of Cards. Así es como realmente tienes la sensación de que estás jugando un juego de rol de mesa. El compositor del apartado musical Keiichi Okabe ofrece una banda sonora celestial que se conecta perfectamente con el mundo y es una valiosa adición al conjunto.
Combate
El combate en The Forsaken Maiden también se ha mantenido prácticamente igual. Derrotas a tus enemigos activando cartas en estilo juego de mesa que tienen un cierto efecto cada una. Algunas cartas se pueden activar de forma gratuita, pero para otras cartas, más poderosas, se debe pagar gemas. El primer Voice of cards: Isle Dragon Roars sentó las bases para un excelente sistema de combate, pero terminó siendo demasiado superficial y simple, sin embargo, me lo encuentro relajante. The Forsaken Maiden afortunadamente da un buen paso adelante en esto: los mapas están un poco menos lineales en comparación a su predecesor y las situaciones en las que te encuentras son un poco más variadas. Aunque los primeros capítulos todavía son un poco (demasiado) fáciles, esto evoluciona durante el juego y terminas con algunos desafíos divertidos, en el cual en la primera entrega no pude disfrutar, ya que me lo encontré fácil y sencillo de inicio a fin en cuanto a la dificultad.
Así que estás ‘obligado’ a jugar más tácticamente y obtienes muchos efectos variados en tu arsenal de cartas , por ejemplo en esta secuela ahora es de mayor provecho usar cartas de debuff no como en su predecesor el cual si te enfocabas en cartas de ataque y vida ya podías acabar el juego sin muchos inconvenientes. Algunos ataques también agregan valor de elemento adicional, lo que puede agregar daño adicional si usa este ataque contra un enemigo específico. Lo nuevo en The Forsaken Maiden son las llamadas ‘habilidades de enlace’, estos ataques muy costosos los llevan a cabo dos personajes juntos y garantizan un gran daño y efectos adicionales. Las peleas son dinámicas y la selección de habilidades es fácil, gracias a una velocidad de cuadro de 60 fps. Sin embargo, los menús que no son de combate siguen siendo un inconveniente para desplazarse: comprar, activar, desechar elementos o simplemente navegar por su colección lleva mucho más tiempo del que debería.
The Forsaken Maiden intenta darte más libertad y variedad, pero al mismo tiempo, irónicamente, limita las oportunidades para construir tu grupo. Mientras que en el primer juego podías ajustar tu grupo en cualquier momento y seleccionar el personaje más adecuado para una pelea en particular, aquí las cosas son un poco diferentes. Dependiendo del capítulo en el que te encuentres, obtienes, por razones narrativas, un equipo fijo en la que no puedes cambiar nada. Tampoco puedes cambiar el equipamiento de esos personajes, con algunas pequeñas excepciones, lo cual es una pena. Aún mejor: algunos personajes no puedes subirlos de nivel y, por lo tanto, no ganan XP después de las peleas. Sigue siendo un juego de rol y normalmente esperas ver un crecimiento en todos tus personajes, lo que no siempre es el caso aquí, lo cual hizo que tuviera un poco de resentimiento en ese aspecto.
Conclusión
Tenemos que admitir honestamente que no esperábamos esta secuela (tan pronto), pero Voice of Cards: The Forsaken Maiden es definitivamente una sorpresa agradable, el concepto general sigue siendo el mismo: una historia épica con personajes interesantes que se presenta utilizando mapas en formas de cartas y está acompañada por un narrador que describe todos los eventos para ti. Si jugaste el predecesor y no lo disfrutaste, lo más probable es que esta secuela no pueda convencerte. Sin embargo, si solo quieres disfrutar de más diversión con las cartas y si llegaste a disfrutar la primera entrega, estarás bien aquí. El sistema de combate también es un poco más extenso esta vez y (especialmente más adelante en el juego) también más desafiante. El diseño del mundo semiabierto también es un buen cambio, porque el océano y las islas tienen muchos secretos divertidos y actividades secundarias opcionales. Desafortunadamente, no ves esa libertad en la composición de tu equipo, ya que normalmente no puedes elegir quién forma parte de él y muchos personajes no pueden subir de nivel. Sin embargo, Yoko Taro ofrece una vez más un juego exitoso que seguramente cautivará a los fanáticos de su estilo único.
Este Review fue realizado por Manuel Liriano e Ivan Concepción en Playstation 5 y la copia del juego fue gracias a Square Enix
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