Algunas cosas nunca cambian, ser sacerdotisa tiene sus problemas, y una de ellas es tener que lidiar con los demonios que azotan cada vez más nuestro hogar Koho….
La Luna y su caída.
‘’El tañido de la Campana Negra. Trece veces resonó bajo el cielo iluminado por la luna. Trece veces atrajo a la muerte y la oscuridad. Que los dioses se fijen en nosotros y nos concedan su misericordia…’’
En Momodora: Moonlit Farewell se nos cuenta la historia de Momo y la aldea Koho. Momo Reinol es la sacerdotisa que tiene que intentar salvar el mundo después de que el tañido de una campana oscura despierte una invasión demoníaca que no anticipa nada bueno para ellas y los demás aldeanos. Para ello, Momo sale de viaje en busca del responsable del tañido y de la manera de deshacer sus tenebrosas consecuencias que están arropando todo el territorio.
Aunque Momo intenta seguir el tañido de la campana, en busca de su usurpador, es emboscada por un demonio y, a pesar de salir victoriosa, se precipita al vacío. Días después, despierta inconsciente en su hogar. Con la invasión demoníaca aproximándose más y más, será su deber recuperar la oscura campana, y restaurar la paz al mundo.
Luego de conocer un poco la aldea y sus habitantes, nos adentramos en lo más profundo de la aldea, que es donde comienza toda nuestra aventura, donde conoceremos o volveremos a ver caras o nombres familiares de antiguas entregas.
Jugabilidad.
De forma similar al anterior título de la saga Momora III, Moonlit Farewell se presenta a sí mismo como un metroidvania en 2D. Este género se caracteriza por combinar acción, plataformas, exploración, y ligeros elementos de rol, una plantilla que esta quinta entrega de la saga Momodora explota mucho más a fondo que las demás entregas.
Haciendo uso de su Hoja y Arco, Momo tendrá que explorar las distintas áreas que componen el mundo que rodea a la Aldea de Koho. Conforme los jugadores progresen por cada zona, la protagonista obtendrá nuevas habilidades, como un doble salto, la habilidad de correr, o de destruir ciertos obstáculos que demorarán bastante la progresión de la exploración, tales como los hilos demoniacos, los cuales serán la primera barrera para poder avanzar.
Como todo buen metroidvania, este planteamiento refuerza inmensamente la curiosidad del jugador. Puesto que cada zona individual no es excesivamente extensa, pero suelen tener algunos secretos o rutas no visibles por descubrir, Momodora puede permitirse colocar objetos fuera del alcance del personaje principal, incitando a quien esté a los mandos a volver más tarde tras tener una que otra habilidad para comprobar si ya son capaces de obtener dicho objeto. Una tarea que resultará más sencilla de lo que parece gracias al detallado mapa que ofrece el juego, dando la posibilidad de no perderse entre sus caminos y rutas secretas.
A diferencia de otros títulos del género, Moonlit Farewell no cuenta con un sistema de puntos de experiencia como los tiene Souldiers. Para mejorar ataque, salud, maná, y otras estadísticas de Momo, será necesario recolectar distintos objetos, como Lirios Celestiales, o Bayas de Lunares, ya que estos tienen un parecido a las mejoras de Samus en Metroid, con las recolectas de los tanques de energía o capacidad para los supermisiles.
Esta filosofía también se extiende a los sellos o cartas, equipables mágicos que otorgan a la protagonista distintos poderes pasivos en su mayoría, y que se encuentran escondidos por los niveles, o que pueden ser fabricados por Cereza, la acompañante de Momo, a cambio de Cristales Lunares los cuales los dejan caer los demonios o seres cuando los derrotamos, pero las mejoras más importantes a menudo están protegidas por jefes de zona.
Campanas dulces, oh campana de mi vida…
Los cristales son como la moneda de cambio del juego con todo su ecosistema y no solo pueden usarse para mejorar a la protagonista, sino también, para pagar a distintos personajes como a Cereza a cambio de crear cartas, o incluso pescar. Las Campanas son nuestro punto de guardado, restaurando la salud y maná de Momo, y ofreciendo un lugar donde reaparecer en caso de caer en combate contra jefes o ataques de área.
Sin embargo, mediante el pago de estos Cristales Lunares, es posible obtener efectos positivos temporales en las campanas. Efectos que serán de ultrisima ayuda, pues muchos niveles presentan un nivel desafío muy duro, pero muy justo, creo lol, ya que la en las batallas con los jefes es donde se pondrá la cuestión difícil, poniendo al jugador a plantearse sus movimientos o cuantos ataques debes dar antes de recibir la paliza de tu vida.
Aparatado técnico.
Para empezar, el título que acierta con el aspecto más importante para los videojuegos de este género: los controles. El esquema que utiliza Moonlit Farewell es extremadamente sencillo, la verdad, me sorprendió bastante, con las acciones principales, como saltar o atacar colocadas cómodamente en los botones principales del mando sin tener muchas complicaciones con acciones incómodas.
Otro aspecto positivo viene de la mano del manejo de la protagonista. Momo es un personaje ágil, que responde con exactitud a las acciones del jugador, cumpliendo con las expectativas que deberían exigirse a cualquier título de este género a la hora de ejercer una acción. Cabe destacar la fluidez de las físicas, que además son sumamente consistentes y acertadas, haciendo que el pasar el rato sea una gozada de principio a fin.
En cuanto a su rendimiento, la versión de PC la cual es la que estamos probando al momento de escribir este análisis, cuenta con multitud de opciones para adaptarse a cualquier equipo, siendo un título muy poco exigente en cuanto a sus requisitos. Es cierto que existen bugs menores y otros que ya dejaron de existir, como comandos que aparecen de forma errónea en pantalla, o las complicaciones de la cámara para centrar a los personajes durante ciertas conversaciones con los NPC.
Apartado visual y artístico.
Este título presenta un precioso apartado gráfico de estilo pixel-art, que da vida a escenarios inspirados en el arte surrealista con colores tenues y algunos muy vivos, los cuales le dan un contraste perfecto. Los píxeles que componen el apartado visual del juego no se quedan cortos en absoluto, con multitud de detalles como las animaciones del agua o las partículas exclusivas de cada zona, las amplias capas de parallax que componen los fondos, y las detalladas animaciones de los personajes de hasta un cambio de pose por durar bastante sin actividad o las emociones propias del personaje.
Apartado sonoro.
El título hace uso de una BSO de carácter atmosférico, con una constante aparición del piano como pilar sobre el que orbitan muchas de sus melodías que le darán el toque de gracia al juego. Cada nivel posee una canción única, que hace un trabajo perfecto a la hora de elevar aún más la envolvente atmósfera que crea su apartado visual, más las tenciones de las batallas con los jefes que están repartidos por doquier, sin contar en los escenarios de tensión o atmosfera de misterio toman la batuta y el cambio sonoro tensa más el momento, dándole un ligero toque de terror que da gusto.
Conclusión.
Momodora: Moonlit Farewell puede sin mucha dificultad ser el puente de entrada para muchos que quieran jugar su primer metroidvania por su simpleza en los controles y su gran jugabilidad en este tipo de género sumado a su exigente sistema de combate contra jefes, no discriminara a nadie gracias a su modo de dificultad adaptativo y otras funciones de accesibilidad de la mano con su hermoso apartado artístico en conjunto a su atmosfera son el toque perfecto para un título que es una joya pulida y muy desafiante.
Momodora: Moonlit Farewell está disponible en PC. La copia del juego para la reseña fue gracias a Playism.