Total War: Pharaoh es la última entrega de la saga Total War desarrollado por The Creative Assembly y distribuido por Sega. El juego se sitúa en la Edad Bronce, donde el combate mano a mano reinaba y donde no había el uso de hombres sobre caballos, ya que no existía el sillín, hasta que surgieron los carros tirados por caballos. Pharaoh se inicia unos 100 años después de la Batalla de Kadesh.
Pharaoh en cuestiones de armamentos y diversidad de unidad se queda un poco rezagados a comparación con otros Total War como Warhammer, Roma, etc. Pero por esto no deja de tener batallas interactivas porque cuenta con unas nuevas posturas, comandos que le indicamos a nuestros batallones para que empujen, para que aguanten una posición o para que también se vayan retirando lentamente. Esta característica del juego nos crea nuevas tácticas que podemos usar cuando necesitamos flanquear el enemigo o crear unos cuellos de botellas para tomar la ventaja en la batalla. Es una innovación que claramente queremos ver utilizada en nuevas entrega y si es posible sofisticarla lo más posible.
Alrededor del turno 12 o 13, desbloquearemos el Poder de la Corona, en el cual podremos elegir el camino de convertirnos el Rey de Hatti o en el Faraón de Egipto, todo esto por medio de la guerra civil. La guerra civil en Pharaoh es parte fundamental de la campaña de juego, ya que en cualquier momento la podemos activar nosotros o la podrá activar cualquier otra facción para llegar al mismo objetivo anteriormente mencionado.
En el núcleo del sistema de convertirnos faraón o rey, en una especie de corte, tendremos a disposición otras posiciones de poder en una especie de escalera. Todo esto para poder tramar, tomarnos la corona del faraón u otras posiciones políticas de poder, todo atado al Shemsu Shor que es un periodo de 6 turnos o 6 meses que dicta un viaje de la corona a un punto aleatorio del reino o, en otras palabras, el mapa de la campaña.
Este sistema conjuntamente con las diferentes construcciones que podemos realizar ayudan al juego a tener una interactividad desde el inicio del juego, porque todo lo que construyes: templos, mercado y las estaciones nos darán una ventaja y nos acercarán a la tierra prometida que es convertirnos en victoriosos de la guerra civil. Esta fórmula nos da a notar la meticulosidad y la preocupación que se tomó Creative Assembly en crear un juego digno de la saga Total War.
Dentro del juego podemos utilizar como facciones jugables: Seti, Tausret, Amenmeses, Ramses, cada uno con sus fuerzas y debilidades, como por ejemplo: Seti tiene unidades con muy poco costo y débiles, pero pueden lograr tener un gran número de unidades a disposición. Tausret tiene acceso al Río Nilo muy temprano en la campaña y cuenta con los mejores carros. Amenmese cuenta con una gran riqueza y los mejores arqueros. Con Ramses tendremos acceso a un rápido desarrollo tecnológico y roster de unidades elites.
Pharaoh cuenta con un sistema sumamente complejo de recursos: comida, madera, bronce, oro y piedra. Cada uno fundamental en diferentes áreas de la campaña: el oro y la comida fundamentales para mantener a flote el ejército, la piedra y la madera para la construcción de edificios y mejoras para estos, y el oro es el recurso primordial en nuestro imperio porque lo podremos utilizar en hacer tratos con otras facciones para conseguir algún recurso que nos haga falta, algo que se nos hará útil en un algún punto de la campaña cuando nos haga falta algún recurso que necesitemos para mejorar nuestro imperio.
Si comparamos las batallas de Pharaoh con las de su antecesor, Warhammer 3, claramente no veremos todo el caos que se pueda provocar en una batalla de Warhammer, pero en Pharaoh podremos presenciar algo más cerca a lo que en la Edad de Bronce hubiésemos tenido, dos líneas de infantería peleando cuerpo a cuerpo con flechas y lanzas volando por todas partes. Aquí entran en disposición los carros o carruajes de ese tiempo, que son las unidades diferentes, por así decirlo, y son las unidades que usadas correctamente podrían darnos la ventaja en un enfrentamiento muy reñido. No olvidar el uso del clima dinámico que también puede tomar un rol fundamental dentro de la balanza en el momento de una batalla porque puede jugar en contra o favor del jugador o de la inteligencia artificial.
Dentro lo que pudo hacer diferente Pharaoh es usar diversas civilizaciones aparte de los egipcios, como por ejemplo los babilonios y la civilización micénica, con las cuales nos pudieron dar la experiencia total de lo que fue la Edad de Bronce. Pero con nuestras esperanzas en alto podríamos verlos en un “DLC” en algún punto en el desarrollo futuro de este asombroso juego.
Total War: Pharaoh es un juego que dentro de todo sobrepasa las expectativas que teníamos del juego, con un manejo de recursos exigente, un mapa muy interactivo y brillante, y con una campaña densa. Cuenta con la posibilidad de tener una de las mejores expansiones de la saga para poder brindarnos la experiencia completa de la época en la que centra el juego. Grandes desarrollos como las diferentes posturas brindan una nueva forma de enfoque en las batallas y conjuntamente con el clima dinámico, crea una incertidumbre que provoca que el jugador esté en constante emoción. Podemos decir que con el trabajo de los desarrolladores, con las mejoras para esta entrega, el futuro es prometedor.
Total War: Pharaoh está disponible para PC. La reseña se hizo en PC. La copia del juego fue gracias a Sega.
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